Este año pude realizar "mi gran viaje" uniendo
Europa con Asia, a través del Transiberiano, el viaje en tren más legendario
que se puede hacer en nuestros días, cruzando toda Rusia, 9.288 kilómetros,
siete husos horarios, doce regiones, 87 ciudades.
Hay nombres que nos traen viejos recuerdos y Siberia es una
de ellas, como referencia de una tierra remota y de destierro, y al tren
presente en novelas como Ana Karenina de Tolstoi o en películas clásicas como
Dr. Zhivago.
Así, que al fin un día de abril llego a Rusia donde los
argentinos ingresamos con la sola presentación del pasaporte, sin trámite de
visa ni pago de tasa alguna.
Lo primero que aprendí es que el Transiberiano no es un
tren, sino que se llama así a la vía férrea más larga del mundo que parte desde
Moscú, pasa por lejanas ciudades siberianas y luego de recorrer los míticos
9.288 Km. llega a Vladivostok en las costas del Océano Pacifico.
Hay un tren que parte por la noche desde la estación
Kazansky de Moscú y demora poquito más de seis días en transitar la totalidad
de este recorrido, pero creo que para un viajero es más conveniente hacerlo en
etapas. Mi viaje duró treinta días, y al momento de organizarlo es muy útil
ingresar a la página web oficial del ferrocarril, www.rzd.ru que está escrita
en cirílico ruso, pero en su margen superior hay un pequeño ícono rojo para
pasarla a inglés.
El viajar en tren es el transporte de utilización masiva en
Rusia, así que tenemos diferentes horarios al día para seleccionar y además
tres opciones de clase de vagones. Yo viajé en 2ª clase, que son camarotes con
dos literas y una mesita central. Cada vagón tiene su guardiana –provodnik- que
además de controlar y mantener la higiene, nos provee de un juego de sábanas y
toalla.
Si bien no son trenes veloces tienen una puntualidad
asombrosa tanto para partir como para arribar, limpios y cada vagón cuenta con
una pequeña caldera con agua caliente (94ºC), ya que la mayoría llevamos
nuestra propia comida, te, azúcar, fideos instantáneos, pan y algo de fiambre y
la compartimos con nuestros compañeros de ubicación.
La moneda de Rusia es el rublo y en todo el país funciona
perfectamente los cajeros automáticos para extracción de dinero. Pude utilizar
mi tarjeta de débito de sueldo y la de crédito. Al igual que para pagar en supermercados,
restaurantes y hosteles es habitual poder hacerlo con éstas tarjetas.
Si bien el viaje se puede hacer durante todo el año, hay que
tener en cuenta que en enero nos podemos encontrar con mucho frío, registros de
-30ºC son "normales" y en agosto con altas temperaturas, así que la
primavera o el otoño serán una muy buena época para viajar.
Creo que el mejor lugar de inicio del viaje no es Moscú,
sino San Petersburgo a orillas del mar Báltico por toda la historia que guarda
la "ciudad de los zares" y luego ir deteniéndonos si, en ciudades
como Moscú, o en Kazán la primera ciudad tátara que encontramos pasando los
montes Urales, o en Ekaterimburgo donde está muy presente la tragedia de la
familia del zar Nicolás II o en Irkutsh para llegarnos hasta el lago Baikal ya
cerca de Mongolia.
En definitiva el recorrido lo iremos armando kilómetro a
kilómetro y siempre lleno de romanticismo y de historia y que puede dejarnos
recuerdos imborrables y muy personales.
Fuente: www.elpatagonico.com
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